Visit our foundation to give a gift.
View Locations Near Me
Main Campus – Hartford
Connecticut Children’s – Waterbury
Urgent Care – Farmington
Specialty Care Center – Danbury
Connecticut Children’s Surgery Center at Farmington
Specialty Care Center – Fairfield
Search All Locations
Find a doctor
Contact Us
Search Specialties
Find A Doctor
Request an Appointment
Locations
Amenities and Services
Who’s Who on Care Team
Getting Ready for Surgery
What to Expect—Picture Stories
Disney Initiative
Pay a Bill
Understanding the Different Fees
Pricing Transparency and Estimates
Child Life
Raytheon Technologies Family Resource Center
Family Advisory Council
Transition Programs
Advocacy
Legal Advocacy: Benefits, Education, Housing
Electronic Health Records
MyChart
Share Your Story
Login to MyChart
Specialty Referrals
Clinical Support Services Referrals
Inpatient Referrals
ED/Transport Referrals
About the Network
Join the Network
Graduate Medical Education
Continuing Medical Education
MOC/Practice Quality Improvement
Educating Practices in the Community (EPIC)
For Nurses
Learning & Performance
Research
Resources
CLASP/Referral Guidelines
Meet our Physician Relations Team
Request Medical Records
Join our Referring Provider Advisory Board
View our Physician Callback Standards
Read & Subscribe to Medical News
Register for Email Updates
Update Your Practice Information
Refer a Patient
Contact OneCall
Find and Print Health Info
Información de Salud Para Niños
¿Has tenido alguna vez dolor de barriga durante un examen? ¿Has tenido algún día en que estabas tan sobrecargado de trabajo que no podías conciliar el sueño? ¿Has estado alguna vez tan preocupado por algo que te acabó doliendo la cabeza?
En caso afirmativo, ya sabes qué es el estrés. Probablemente habrás oído decir a la gente: “Buf, estoy completamente estresado” o “Esto me está estresando mucho”. Tal vez oigas a los adultos decir ese tipo de cosas constantemente. Pero los niños también tienen un montón de cosas en sus vidas que les pueden provocar estrés.
El estrés es lo que sientes cuando estás muy preocupado, nervioso o molesto por algo. Esa preocupación que te ocupa la mente puede hacer que te encuentres mal, repercutiendo en tu cuerpo. Tal vez estés enfadado, frustrado o asustado –y eso te puede provocar dolor de estómago o de cabeza.
Cuando estés estresado, tal vez se te quiten las ganas de dormir o de comer. También es posible que estés nervioso o tengas problemas para prestar atención en el colegio y recordar lo que habéis dado en clase al llegar a casa.
Hay muchas cosas que pueden provocar estrés en la vida de un niño. El estrés bueno o normal es el que puedes sentir cuando te preguntan en clase o cuando tienes que presentar oralmente un informe. ¿Se te ha hecho alguna vez un nudo en la garganta o te han sudado las manos? Ambos pueden ser signos del estrés bueno –el tipo de estrés que te ayuda a hacer las cosas bien. Por ejemplo, probablemente harás mejor la presentación del informe sobre un libro que has leído si la ansiedad te inspira a preparártelo bien antes de levantarte para leerlo.
El estrés malo ocurre cuando los pensamientos estresantes siguen bombardeándote durante un tiempo. Tal vez estés estresado si tus padres no dejan de discutir, si un miembro de tu familia está enfermo, si tienes problemas en el colegio o si te está ocurriendo cualquier otra cosa que te hace estar preocupado o te altera de algún modo día tras días. Ese tipo de estrés no puede ayudarte y, de hecho, puede hacerte enfermar.
Una vez reconozcas que estás estresado, hay diversas cosas que puedes hacer. Puedes probar a hablar sobre lo que te preocupa con un adulto de confianza, como uno de tus padres o un profesor. Explícale lo que te ronda por la cabeza y cómo te hace sentir. Un adulto puede tener ideas sobre cómo solucionar lo que te preocupa o te incomoda.
Si te estás cansado y estresado porque tienes demasiadas cosas que hacer, como muchas actividades extraescolares, tal vez deberías dejar algo, aunque solo sea durante un semestre. A veces, un exceso de actividades –aunque sean divertidas- te puede hacer sentirte estresado al mantenerte ocupado todo el tiempo. Por otro lado, si los problemas que tienes en casa te preocupan o incomodan, algunas (¡pero no demasiadas!) actividades extraescolares pueden ayudarte a desconectar, relajarte y encontrarte mejor.
También hay ejercicios de relajación que puedes hacer para librarte del estrés. El más fácil de todos consiste en inhalar (inspirar) lenta y profundamente por la nariz y luego exhalar (espirar) lentamente por la boca. Hazlo de dos a cuatro veces, pero no inspires con demasiada fuerza ni demasiado deprisa porque te podrías marear.
Puedes hacer ejercicios como estos en cualquier momento, sin que nadie se dé cuenta. Puedes incluso hacer ejercicios de respiración mientras estás en clase si notas que te estás poniendo demasiado nervioso antes de hacer un examen.
La mejor forma de mantener a raya el estrés es llevar una vida equilibrada. Eso significa elegir bien en qué inviertes tu tiempo. Si solo te dedicas a los estudios y no te queda tiempo libre para jugar y explayarte, puedes acabar estresándote. Asegúrate de pensar en ti, cuidando las siguientes cuatro facetas: sueño, ejercicio, ocio (pasártelo bien) y alimentación. Si te cuidas, durmiendo lo suficiente, alimentándote bien, haciendo ejercicio y reservándote un tiempo para pasártelo bien, ¡probablemente estarás mucho menos estresado!
Las emociones también reciben el nombre de âsentimientosâ, como estar feliz, furioso o asustado.
Todo el mundo se enoja. Tal vez tú pierdes los nervios o “explotas”. La ira puede incluso ser algo bueno: cuando se trata injustamente a los niños, la ira puede ayudarles a defenderse. Lo difÃcil es saber qué hacer con esos fuertes sentimientos.
¿Estás bajo de ánimos? ¿Te sientes triste? Sà es asÃ, no estás solo. Todos estamos tristes a veces.