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Información de Salud Para Padres
Los virus de coxsackie forman parte de la familia de enterovirus (que también incluye a los virus de la poliomielitis y de la hepatitis A) que viven en el aparato digestivo de los seres humanos.
Los virus se pueden transmitir de persona a persona, generalmente por no lavarse las manos y por las superficies contaminadas con excremento (caca), donde pueden vivir durante varios días.
En la mayoría de los casos, las infecciones por el virus de coxsackie provocan síntomas gripales y desaparecen sin tratamiento. Pero en algunos casos, pueden provocar infecciones más graves.
Los síntomas del virus de coxsackie pueden ser variados. Aproximadamente la mitad de los niños con una infección no tienen síntomas. Otros tienen repentinamente fiebre alta, dolor de cabeza y dolores musculares, y algunos también presentan dolor de garganta, molestias estomacales o náuseas. Un niño con una infección por el virus de coxsackie tal vez solo tenga temperatura y no presente ningún otro síntoma. En la mayoría de los niños, la fiebre dura aproximadamente tres días y después desaparece.
El virus de coxsackie puede causar síntomas que afectan a diferentes partes del cuerpo, como las siguientes:
En contadas ocasiones, el virus de coxsackie puede provocar infecciones más graves que tal vez requieran tratamiento en el hospital, como las siguientes:
Las madres pueden contagiar la infección a los recién nacidos durante el parto o inmediatamente después de este. Los bebés tienen más riesgos de sufrir una infección grave, incluidas la miocarditis, la hepatitis y la meningoencefalitis (una inflamación del cerebro y las meninges). En los recién nacidos, los síntomas pueden aparecer dentro de las dos semanas posteriores al parto.
El virus de coxsackie es muy contagioso. Se puede contagiar de persona a persona por las manos sucias y las superficies contaminadas con excremento. También se puede contagiar por medio de las gotas de líquido que se esparcen en el aire cuando una persona tose o estornuda.
Cuando una comunidad se ve afectada por un brote, la infección con el virus de coxsackie es más elevada entre los bebés y los niños menores de 5 años. El virus se extiende fácilmente en ambientes con varias personas, como escuelas, guarderías y campamentos de verano. El mayor nivel de contagio se da en la primera semana que una persona está enferma.
En los climas más fríos, los brotes suelen ocurrir en el verano y el otoño, pero en las zonas tropicales, los brotes ocurren durante todo el año.
Según el tipo de infección y los síntomas que provoque, el médico tal vez recete medicamentos que alivien al niño. Como los antibióticos solo sirven para tratar las bacterias, no es posible usarlos para combatir una infección por el virus de coxsackie.
Puede darle paracetamol o ibuprofeno para aliviar los dolores leves. Si la fiebre dura más de 24 horas o si su hijo tiene síntomas de una infección más grave por el virus de coxsackie, llame al médico.
La mayoría de los niños con una infección simple por el virus de coxsackie se recuperan por completo en unos pocos días sin necesidad de recibir tratamiento médico. Si un niño tiene fiebre y no presenta ningún otro síntoma, debe quedarse en cama y jugar tranquilamente en el interior. Ofrézcale muchos líquidos para prevenir la deshidratación.
La duración de la infección puede variar. Los niños que solo tienen fiebre tal vez vuelvan a tener una temperatura normal en 24 horas, aunque la fiebre suele durar 3 días en promedio. La enfermedad de mano, pies y boca suele durar entre 2 y 3 días; mientras que la meningitis viral puede tardar de 3 a 7 días en desaparecer.
Llame al médico inmediatamente si su hijo presenta alguno de estos síntomas:
No existe una vacuna para prevenir las infecciones por el virus de coxsackie. Lavarse las manos es la mejor protección. Recuérdeles a todos los miembros de su familia que se laven bien las manos y que lo hagan frecuentemente, sobre todo después de ir al baño o de cambiarle los pañales a un bebé, antes de comer y antes de preparar la comida. Los juguetes que se comparten en guarderías y centros de preescolar se deberían limpiar a menudo con desinfectante porque el virus puede vivir en esos objetos durante días.
Los niños enfermos con una infección por el virus de coxsackie no deben ir a la escuela o la guardería por unos pocos días para evitar el contagio de la infección.
Es importante mantener la calma; los vómitos asustan a los niños pequeños (y a sus padres) y son agotadores para cualquier niño, independientemente de su edad. Para que su hijo se recupere rápidamente, es fundamental que lo tranquilice y que impida que se deshidrate.
En los niños sanos, la fiebre no suele indicar nada grave. Aunque le pueda asustar que la temperatura de su hijo haya aumentado, la fiebre, en sà misma, no es algo malo. De hecho, puede ser buena, ya que suele ser la forma que tiene el cuerpo de combatir las infecciones.
¿Sabes cuál es la pregunta que sale de la boca de tus padres unas 1.000 veces al dÃa? No, no es: ¿Por qué no dejas de molestar a tu hermana (o hermano)? Tampoco: ¿Por qué lleva el perro tu gorra de béisbol? Ni tampoco ¿Qué hacen todos tus deberes apelotonados en el fondo de tu mochila?
Lo oyes constantemente, y por un buen motivo: lavarte las manos es, con diferencia, la mejor manera de evitar que se propaguen los gérmenes y de protegerte de las enfermedades.
Lavarse las manos a conciencia y a menudo es la mejor forma de impedir que los gérmenes conduzcan a infecciones y enfermedades.
El cuerpo humano es fascinante. DÃa tras dÃa trabaja incansablemente -digiere los alimentos, bombea sangre y oxÃgeno, procesa señales provenientes de nuestros nervios y del cerebro y mucho más.
Es un mensaje que merece la pena repetir: lavarse las manos es, con diferencia, la mejor manera de evitar la propagación de gérmenes y de proteger a sus hijos de las enfermedades.
He aquà otro buen motivo para enseñar a los niños a lavarse las manos a menudo y a conciencia: puede ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad de mano, pie y boca.