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InformaciĂłn de Salud Para Padres
Si bien el exceso de grasa puede ser poco saludable, ciertos tipos de grasa son beneficiosos para nosotros y son una parte importante de una dieta saludable.
Las grasas son nutrientes presentes en los alimentos que el cuerpo utiliza para producir tejido nervioso (incluidos los nervios y el cerebro) y hormonas. El cuerpo también utiliza la grasa como combustible. Si la grasa que se ingiere no se quema en forma de energía ni se utiliza para construir los componentes del organismo, se almacena en forma de células adiposas (grasa). Esta es la lógica que sigue el cuerpo: almacena grasa para uso futuro, en caso que existan momentos en que el alimento podría escasear.
La grasa les otorga a los alimentos sabor y textura, pero también tiene un alto contenido de calorías y el exceso de alimentos grasosos puede causar problemas de salud.
Para los niños y adolescentes, los postres y los tentempiés (como patatas fritas, chocolate, tortas, donas y galletas) son una fuente significativa de grasa. Los niños también obtienen grasas de los productos lácteos enteros y las carnes con alto contenido de grasa, como el tocino, los perritos calientes y los cortes más grasos de carne de res.
Las comidas rápidas y las comidas para llevar suelen tener más grasa que las caseras; y en los restaurantes, los platos fritos son los que tienen mayor contenido de grasa. La grasa también está “oculta” en alimentos en forma de aderezos cremosos, queso o salsas con manteca.
Sin embargo, la cantidad diaria recomendada de grasas saludables es una parte importante de una dieta nutritiva, tanto para los niños como los adultos.
Comer suficientes grasas saludables es fundamental para el crecimiento y el desarrollo. Los niños, en particular, necesitan suficientes grasas en su dieta para ayudar a que el cerebro y el sistema nervioso se desarrollen normalmente.
Además de darle combustible al cuerpo, las grasas:
La grasa es una excelente fuente de energía, pero tiene el doble de calorías que los carbohidratos o las proteínas. Por ejemplo, 1 gramo de grasa proporciona 9 calorías, mientras que un gramo de carbohidratos o de proteínas proporcionan 4 calorías.
Para ayudarlo a conocer las grasas, veamos cuales son los tres tipos principales:
1. Grasas insaturadas: Están presentes en las plantas y los pescados, y se consideran neutras o incluso beneficiosas para la salud del corazón. Las grasas insaturadas son las siguientes:
2. Grasas saturadas: Presentes en la carne y en otros productos de origen animal, como la manteca, la margarina, la manteca de cerdo, el queso y la leche (excepto por la parcialmente descremada o sin contenido de grasa). El aceite de coco también tiene un alto contenido de grasa saturada, pero tiene una estructura diferente a la de las grasas saturadas presentes en los productos de origen animal. El aceite de coco se ha vuelto popular por sus beneficios para la salud; sin embargo, el aceite de oliva y el de canola son más saludables para el corazón. La ingesta de demasiadas grasas saturadas puede aumentar el nivel de colesterol en sangre y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
3. Grasas trans: Están presentes en algunas margarinas, snacks comerciales, productos horneados y algunos alimentos fritos a nivel comercial. Las grasas trans (que también reciben el nombre de “ácidos grasos trans”) se generan cuando los aceites vegetales se hidrogenan (es decir que se agregan átomos de hidrógeno a la molécula de grasa para que permanezca sólida a temperatura ambiente). Las grasas trans pueden aumentar el colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Los fabricantes de alimentos deben incluir las grasas trans en las etiquetas alimentarias, pero también pueden denominarlas aceites “parcialmente hidrogenados”. En la actualidad, muchas compañías producen margarinas (o productos untables de aceite vegetal) sin grasas trans.
Al comprar alimentos y leer las etiquetas, recuerde que es fácil comer una porción o ración más grande de la que se indica en la etiqueta. Una bolsa de papas fritas tal vez indique que una porción equivale a 12 unidades, pero los niños suelen comer dos o tres veces esa cantidad. Por lo tanto, asegúrese de prestar atención a las raciones.
Cuando se trata de grasas, los empaques de alimentos pueden decir muchas cosas, como “libres de grasa”, “bajo contenido en grasas”, “reducido en grasas” y “light” (o “dietético”). El gobierno cuenta con reglas estrictas sobre el uso de dos de estas frases. Por ley:
Los alimentos con contenido reducido en grasas y light son un poco más engañosos, y tal vez deba hacer algunas cuentas al comprarlos. Es posible que los alimentos light o de contenido reducido en grasas sigan conteniendo un elevado contenido en grasas.
Pero, si, para empezar, la versión normal de determinado alimento contenía un elevado contenido de grasas, es posible que una reducción de entre el 25% y el 50% no represente una disminución suficiente como para convertirlo en un alimento saludable. Si la versión original de una marca de manteca de cacahuete contiene 16 gramos de grasa y la versión reducida en grasas contiene 12 gramos, ¡la cantidad de grasa continúa siendo excesiva!
Y no espere que la etiqueta lo diga todo. No siempre se incluye el porcentaje de grasa de un alimento en la etiqueta. Pero es posible calcularlo: divida la cantidad de calorías procedentes de grasas por la cantidad total de calorías y multiplique este valor por 100. Por ejemplo, si un alimento con 300 calorías tiene 60 calorías procedentes de la grasa, divida 60 por 300 y después multiplique el resultado por 100. El resultado le mostrará que el 20% de las calorías de ese alimento proceden de las grasas.
Las grasas saludables son una parte fundamental de la dieta de un niño y no se deben limitar ni prohibir de forma excesiva. Especialmente para los niños pequeños, la grasa y el colesterol desempeñan papeles importantes en el desarrollo del cerebro. Y no se deben restringir las grasas para quienes tienen menos de dos años. Por lo general, los niños deben comer una dieta variada en la que aproximadamente un tercio de las calorías provengan de grasas.
Ingerir cantidades suficientes de grasa es una parte importante de una dieta saludable. Pero es cierto que, actualmente, muchos niños ingieren demasiadas grasas, lo cual podría llevar a un aumento indeseable de peso. Los niños que mantienen su exceso de peso en la vida adulta tienen más riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, hipertensión arterial (tensión arterial alta) y diabetes, entre otras cosas.
A continuación, se incluyen algunas maneras de mantener la ingesta de grasa dentro de los niveles recomendados:
La manera más eficaz de enseñarles a los niños a tener hábitos de alimentación saludables es darles un buen ejemplo. Las claves para lograr un estilo de vida saludable son convertir la alimentación sensata en un hábito, escoger los alimentos de manera inteligente y hacer ejercicio regularmente.
El tamaño de las porciones empezó a aumentar en los años ochenta y ha seguido aumentando desde entonces. Nuestra percepción de las porciones se ha distorsionado tanto con el paso del tiempo que las investigaciones indican que nos cuesta identificar qué es una porción normal.
Es cierto que muchas personas consumen más grasas y calorÃas de las que necesitan. Pero todos necesitamos una determinada cantidad de grasas y calorÃas en nuestras dietas como combustible para el crecimiento y las actividades, desde resolver un problema de matemáticas hasta recorrer corriendo la cancha de fútbol de un extremo al otro.
Hacer buenas elecciones en un restaurante de comidas rápidas, el centro comercial o la cafeterÃa escolar es más fácil de lo que crees.
La clave para alcanzar y mantener un peso saludable está en hacer ejercicio regularmente y tener unos buenos hábitos alimentarios. Algunas personas creen que hacer ejercicio y seguir unos buenos hábitos alimentarios requiere mucho esfuerzo y planificación pero esto no es cierto. De hecho, la mejor forma de modificar los hábitos cotidianos es haciendo pequeños cambios que gradualmente irán formando parte de nuestra rutina diaria.
La existencia de una cantidad excesiva de colesterol en el organismo puede evolucionar a problemas de salud graves, como las enfermedades cardÃacas. Hay muchos factores que contribuyen a tener el colesterol alto, pero la buena noticia es que puedes hacer un montón de cosas para controlarlos.
La gente de hoy en dÃa come mucho más de lo que solÃa comer, y mucho más de lo que necesita. Ingiere constantemente más calorÃas que aquellas que su cuerpo puede quemar. Nos hemos acostumbrado a ver (¡y a comer!) porciones desproporcionadamente grandes.
El colesterol está en todas y cada una de las células de tu cuerpo. Necesitas el colesterol para ayudar a tu cerebro, piel y otros órganos a desempeñar sus respectivas funciones. Pero comer demasiada cantidad de grasa y de colesterol es una mala idea.
Al igual que los carbohidratos y las proteÃnas, las grasas son uno de los tres componentes básicos de los alimentos que comemos.
A menudo designados como carbs, los carbohidratos son la fuente disponible de energÃa más importante del cuerpo humano.
La mayorÃa de padres probablemente no se plantean que sus hijos puedan tener el colesterol alto ni qué implicaciones podrÃa tener ese hallazgo. Pero tener el colesterol alto es uno de los principales factores que predisponen a desarrollar enfermedades cardÃacas y apoplejÃa, y las investigaciones médicas muestran que muchas enfermedades cardiovasculares tienen su origen en la infancia.
Una buena nutrición y una dieta balanceada ayudan al niño a crecer saludable. No importa si su niño es un párvulo o un adolescente, usted puede tomar las medidas necesarias para mejorar su nutrición y formar buenos hábitos alimenticios.