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Información de Salud Para Padres
Las vacunas contra el meningococo protegen contras las enfermedades causadas por el meningococo, una infección grave que puede conducir a una meningitis bacteriana y a otras infecciones graves.
Hay dos tipos de vacunas contra el meningococo que se administran a los niños en la actualidad en EE.UU:
La vacuna antimeningocócica conjugada es recomendable administrarla:
Aquellos que reciban la primera dosis entre los 13 y los 15 años deben recibir una dosis de refuerzo cuando tengan entre 16 y 18 años de edad. Los adolescentes que se pongan la primera dosis de la vacuna después de cumplir 16 años (por ejemplo, las personas que vayan a empezar a estudiar en la universidad y vayan a dormir en los dormitorios de la universidad o las que vayan a hacer el servicio militar) no necesitarán recibir una dosis de refuerzo.
Se debe administrar la serie completa de la vacuna antimeningocócica conjugada a aquellos niños y adolescentes que corran un riesgo elevado de contraer enfermedades por meningococo (incluso aunque todavía no hayan cumplido los 11 años), incluyendo a los que:
La secuencia y la dosificación dependerán de la edad del niño, de la afección médica que tenga y de la marca de la vacuna. Algunos tipos de las vacunas contra el meningococo se pueden administrar tan pronto como cuando el bebé solo tiene 8 semanas de vida.
Los niños de 10 años en adelante con factores de riesgo también deben recibir la serie completa de la vacuna antimeningocócica tipo B.
En lo que respecta a los adolescentes sin factores de riesgo, la decisión de ponerse o no la vacuna antimeningocócica tipo B la deben tomar conjuntamente el adolescente, sus padres y su médico. En este grupo, la mejor edad a la que se debería administrar es entre los 16 y los 18 años de edad. Se deben administrar dos o tres dosis de esta vacuna, dependiendo de la marca.
Las enfermedades meningocócicas están causadas por una bacteria llamada meningococo. Una infección por el meningococo puede conducir a una infección del torrente sanguíneo o una meningitis, o a ambas a la vez, y ambas pueden ser de riesgo vital si no se tratan deprisa. La vacuna antimeningocócica conjugada es muy eficaz para proteger contra cuatro cepas de la bacteria, mientras que la vacuna antimeningocócica tipo B (MenB) protege contra la quinta cepa.
Algunos de los efectos secundarios más frecuentes son inflamación, enrojecimiento y dolor en el lugar del pinchazo, junto con dolor de cabeza, fiebre y cansancio. Los problemas graves, como las reacciones alérgicas, son sumamente infrecuentes.
Estas vacunas no son recomendables si:
Su hijo puede tener fiebre, así como molestias musculares, inflamación y enrojecimiento en la zona del pinchazo. Consulte al médico de su hijo para saber si le puede administrar paracetamol o ibuprofeno para tratar el dolor o la fiebre y pregúntele cuál es la dosis apropiada.
Un paño húmedo y caliente o una esterilla eléctrica en el lugar donde le hayan puesto la inyección puede ayudar a reducir las molestias musculares, así como las conductas de mover o usar el brazo donde haya recibido el pinchazo.
Este calendario de vacunas recomendadas puede variar según su lugar de residencia, la salud de su hijo, el tipo de vacuna y las vacunas disponibles.
El médico de su hijo le indicará cuáles son las vacunas y el calendario vacunal adecuado para su hijo.
Las inyecciones pueden ser difÃciles de soportar tanto para usted como para su hijo, pero las ventajas que aportan compensan con creces el esfuerzo.
Si se inicia el tratamiento rápidamente, la meningitis se puede resolver de una forma satisfactoria. Por lo tanto, es importante que su hijo reciba las vacunas ordinarias, que usted sepa identificar los signos y los sÃntomas de la meningitis.
La meningitis puede ser una infección seria y puede ser contagiosaâ y esta es la razón principal por la que es noticia cuando se sospecha que hay un brote de la enfermedad. En cualquier caso, suelen ser raros.
Algunas personas se saltean alguna de estas inyecciones y el hecho de no completar el ciclo de vacunaciones las deja desprotegidas y expuestas al riesgo de contraer la enfermedad. Hay vacunas que requieren una dosis de refuerzo cada pocos años para garantizar que el grado de inmunidad del organismo sigue siendo alto.
Hay unas inyecciones que se llaman “vacunas” que te protegen de contraer algunas enfermedades graves. Esas enfermedades podrÃan hacer que te enfermaras mucho. El pinchazo de la inyección no es nada, en comparación con esas enfermedades.