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Información de Salud Para Padres
La tragedia de la muerte de un joven debido a desesperanza o frustración abrumadoras resulta devastadora para la familia, los amigos y la comunidad. Padres, hermanos, compañeros, entrenadores y vecinos podrían quedarse con la duda si pudieran haber hecho algo para impedir que ese joven decidiera suicidarse.
Aprender más acerca de los factores que podrían llevar un adolescente al suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias. Aunque no siempre se puede impedir, siempre es buena idea informarse y tomar medidas para ayudar a un adolescente con problemas.
Los motivos detrás del suicidio o intento de suicidio en un adolescente pueden ser complejos. Aunque el suicidio es relativamente raro entre niños, la cantidad de suicidios e intentos de suicidio aumenta significativamente durante la adolescencia.
El suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años de edad, de acuerdo con Centers for Disease Control and Prevention (CDC), después de accidentes y homicidio. Se cree además que por lo menos 25 intentos se hacen por cada suicidio de un adolescente.
El riesgo de suicidio aumenta drásticamente cuando niños y adolescentes tienen acceso a armas en casa y casi el 60% de todos los suicidios en los Estados Unidos se logran con una pistola. Por eso cualquier pistola en su hogar debe estar descargada, bajo llave y fuera del alcance de los niños y de los adolescentes.
Sobredosis con medicamentos de venta libre, de receta médica y sin receta también es un método muy común, tanto para el intento de un suicidio como para lograr suicidarse. Es importante supervisar cuidadosamente todos los medicamentos en el hogar. También tome en cuenta que adolescentes intercambiarán diferentes medicamentos de receta médica en la escuela y los llevarán (o almacenarán) en sus casilleros o en la mochila.
Las cantidades de suicidios varían entre niños y niñas. Las niñas piensan en e intentan suicidarse dos veces más que los niños y tienden en intentar suicidarse por medio de una sobredosis de drogas o cortándose. En cambio, los niños fallecen por suicidio cuatro veces más que las niñas, tal vez porque tienden a usar métodos más letales, como armas, colgándose o saltando desde alturas.
Puede ser difícil recordar cómo se sentía ser adolescente, atrapado en esa área gris entre la niñez y la edad adulta. Por supuesto que es una época de increíbles posibilidades, pero también puede ser un periodo de estrés y preocupación. Se sienten presionados para adaptarse socialmente, tener un buen desempeño académico y actuar con responsabilidad.
La adolescencia también es una época de identidad sexual y relaciones sociales y existe la necesidad de independencia que a menudo está en conflicto con las reglas y expectativas que otras personas establecen.
Los jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o insomnio, corren riesgos más altos de pensar en el suicidio. Los adolescentes quienes pasan por cambios fuertes en la vida (el divorcio de sus padres, mudanzas, un padre que se va de casa por su servicio militar o por la separación de los padres, o cambios financieros) y aquellos quienes son víctimas de intimidación corren mayores riesgos de pensar en el suicidio.
Los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre adolescentes incluyen:
El suicidio en adolescentes con frecuencia ocurre después de un evento estresante en la vida, como problemas en la escuela, la rotura con un novio o novia, la muerte de un ser querido, un divorcio o un fuerte conflicto familiar.
Los adolescentes que piensan en suicidarse podrían:
Muchos adolescentes quienes logran o intentan suicidarse dan algún tipo de advertencia a seres queridos de antemano. Por lo tanto, es importante que los padres conozcan las señales de advertencia de manera que los adolescentes con tendencias al suicidio puedan obtener la ayuda que necesitan.
Algunos adultos piensan que los jóvenes que dicen que se van a lastimar o a matar “lo dicen sólo para llamar la atención”. Es importante darse cuenta que si se ignoran a los adolescentes que llaman la atención, podría aumentar la posibilidad de que sí se lastimen (o peor).
Llamar la atención por medio de visitas a la sala de emergencias, consultas médicas y tratamiento en institutos por lo general no es algo que deseen los adolescentes, a menos de que sufran de una depresión seria y piensen en el suicidio o que deseen estar muertos. Es importante considerar las señales de advertencia como serias, no como formas de “llamar la atención” que se pueden ignorar.
Observe bien a un adolescente retraído y con depresión. Comprender la depresión en adolescentes es muy importante ya que puede parecer diferente a las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede presentarse como tener problemas con amigos, con las calificaciones, el dormir o estar de mal humor o irritable en vez de llorar o de sufrir de tristeza crónica.
Es importante tratar de mantener abierta la comunicación y expresar su preocupación, su apoyo y su amor. Si su adolescente le confía, demuéstrele que toma en serio esas preocupaciones. Una pelea con un amigo puede no parecerle importante en un contexto más amplio, pero para un adolescente puede ser intenso y abrumador. Es importante no minimizar o descontar lo que su adolescente está enfrentando, ya que esto podría aumentar su sentimiento de desesperanza.
Si su adolescente no se siente cómodo hablando con usted, sugiérale una persona más neutral como otro pariente, un miembro del clero, un entrenador, un consejero en la escuela o el médico de su adolescente.
Algunos padres prefieren no preguntar a los adolescentes si han pensado suicidarse o lastimarse. Algunos temen que al preguntar, sembrarán la idea del suicidio en los pensamientos de sus adolescentes.
Siempre es buena idea preguntar, aunque sea difícil. Algunas veces ayuda explicar por qué pregunta. Por ejemplo, podría decir: “He notado que mencionas demasiado tus deseos de estar muerto. ¿Has pensado intentar matarte”?
Si se entera de que su hijo piensa en el suicidio, obtenga ayuda inmediatamente. Su médico puede recomendarle un psicólogo o psiquiatra o el departamento de psiquiatría de su hospital local puede proporcionarle una lista de médicos en su zona. La asociación de salud mental local o la sociedad médica del condado también pueden darle recomendaciones. En un caso de emergencia, puede llamar al (800) SUICIDE.
Si su adolescente se encuentra en una situación de crisis, la sala de emergencias local puede realizar una evaluación psiquiátrica exhaustiva y recomendarle los recursos apropiados. Si no está seguro si debe traer a su hijo a la sala de emergencias, comuníquese con su médico o llame al (800) SUICIDE para solicitar ayuda.
Si concertó una cita con un profesional de salud mental, asegúrese de no faltar a la cita, aún si su adolescente dice que se siente mejor o que no quiere ir. Pensamientos de suicidio tienden a ir y venir; sin embargo, es importante que su adolescente obtenga ayuda para desarrollar las habilidades necesarias para disminuir la posibilidad de que pensamientos y comportamientos de suicidio surjan de nuevo si llegara a ocurrir una crisis.
Si su adolescente se negara a ir a la cita, hable de esto con el profesional de salud mental y considere asistir a la sesión y trabajar con el médico para asegurar que su adolescente tenga acceso a la ayuda que necesita. El médico también podría asesorarlo para desarrollar estrategias que motiven a su adolescente a que desee obtener ayuda.
Recuerde que conflictos continuos entre un padre y su hijo pueden empeorar la situación para un adolescente que se siente aislado, no comprendido, que no vale nada o suicida. Consiga ayuda para dar a conocer los problemas de familia y resolverlos de manera constructiva. También informe al profesional de salud mental si existen antecedentes de depresión, abuso de alcohol o drogas, violencia en la familia u otros factores estresantes en el hogar, como un entorno de constante crítica.
¿Qué debe hacer si alguien quien conoce su adolescente, quizá un miembro de la familia, un amigo o un compañero, intentó o logró suicidarse? Primero, reconozca la gran cantidad de emociones de su hijo. Algunos adolescentes dicen que se sienten culpables, especialmente aquellos que sienten que pudieron haber interpretado mejor las acciones y palabras de su amigo.
Otros dicen que sienten enojo con la persona que logró o intentó suicidarse por haber sido tan egoísta. Y otros dicen que no sienten emociones fuertes o que no saben cómo expresar lo que sienten. Asegúre a su hijo que no hay manera correcta o incorrecta de cómo sentirse y que puede hablar de eso cuando se sienta listo para hacerlo.
Cuando alguien intenta suicidarse y sobrevive, ciertas personas podrían temer o sentirse incómodos de hablar con él acerca de eso. Dígale a su adolescente que resista este sentimiento; éste es un momento en que una persona definitivamente necesita sentirse unido a otras.
Ante el suicidio de un estudiante, muchas escuelas traen consejeros especiales para hablar con los estudiantes y ayudarlos a enfrentarlo. Si su adolescente enfrenta el suicidio de un amigo o compañero de la escuela, motívelo a usar estos recursos o a hablar con usted u otro adulto de confianza.
Para los padres, la muerte de un hijo es la pérdida más dolorosa que uno se puede imaginar. Para los padres que perdieron un hijo al suicidio, el dolor y la pena pueden ser aún mayores. Aunque estos sentimientos tal vez nunca desaparecerán por completo, los sobrevivientes de un suicida pueden tomar medidas para iniciar el proceso de recuperación:
Cuando una persona sufre depresión, es posible que sienta que las cosas nunca mejorarán. Si la depresión se trata, el panorama comienza a mejorar y todo vuelve a ser más fácil de controlar.
Lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad. Pero algunas cuestiones importantes deben tenerse en cuenta en todos los casos.
Si has perdido a un ser querido, es posible que estés sintiendo distintas emociones. Es probable que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente vacÃo. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar entremezcladas de una manera que nunca habÃas experimentado.
A todos ânos superanâ la emociones o situaciones difÃciles de vez en cuando. Pero la mayorÃa de personas lo acaban superando y son capaces de ver los problemas en perspectiva y de encontrar el modo de seguir adelante con esperanza y determinación. Entonces, ¿por qué determinadas personas intentan suicidarse y otras personas que se encuentran en una situación igual de difÃcil no lo hacen?
La depresión es más que sentirse triste, decaÃdo, bajo o con los ánimos por los suelos de forma ocasional. La depresión es un estado de ánimo intenso que implica tristeza, desesperación o desesperanza y que dura semanas, meses o incluso más tiempo.
Es normal que los niños se pongan tristes, se sientan desanimados, estén irritables o decaÃdos de vez en cuando. Pero, cuando los sentimientos y los pensamientos negativos se prolongan durante mucho tiempo y limitan la capacidad del niño para funcionar con normalidad, se puede tratar de una depresión.
Hay muchos niños que se crÃan con armas de fuego en sus casas, sobre todo, cuando la caza se encuentra entre las aficiones de su familia. Si guarda un arma de fuego en su casa, es importante que enseñe a su hijo a comportarse con responsabilidad y que sepa garantizar la seguridad de todo el mundo.