Visit our foundation to give a gift.
View Locations Near Me
Main Campus – Hartford
Connecticut Children’s – Waterbury
Urgent Care – Farmington
Specialty Care Center – Danbury
Connecticut Children’s Surgery Center at Farmington
Specialty Care Center – Fairfield
Search All Locations
Find a doctor
Contact Us
Search Specialties
Find A Doctor
Request an Appointment
Locations
Amenities and Services
Who’s Who on Care Team
Getting Ready for Surgery
What to Expect—Picture Stories
Disney Initiative
Pay a Bill
Understanding the Different Fees
Pricing Transparency and Estimates
Child Life
Raytheon Technologies Family Resource Center
Family Advisory Council
Transition Programs
Advocacy
Legal Advocacy: Benefits, Education, Housing
Electronic Health Records
MyChart
Share Your Story
Login to MyChart
Specialty Referrals
Clinical Support Services Referrals
Inpatient Referrals
ED/Transport Referrals
About the Network
Join the Network
Graduate Medical Education
Continuing Medical Education
MOC/Practice Quality Improvement
Educating Practices in the Community (EPIC)
For Nurses
Learning & Performance
Research
Resources
CLASP/Referral Guidelines
Meet our Physician Relations Team
Request Medical Records
Join our Referring Provider Advisory Board
View our Physician Callback Standards
Read & Subscribe to Medical News
Register for Email Updates
Update Your Practice Information
Refer a Patient
Contact OneCall
Find and Print Health Info
Información de Salud Para Adolescentes
Supongamos que comienzas a hacer una lista de todas las emociones que has experimentado. Hagamos la prueba. Hazlo ahora.
¿Qué figura en tu lista? Lo más probable es que hayas incluido cosas como feliz, triste, ansioso, enojado, asustado, agradecido, orgulloso, temeroso, confundido, estresado, relajado, maravillado. Ahora divide tu lista en dos categorías: emociones positivas y emociones negativas.
Sentir emociones tanto positivas como negativas es algo normal en todo ser humano. Podríamos usar la palabra “negativas” para describir las emociones más difíciles, pero no significa que esas emociones sean malas o que no debamos sentirlas. Aun así, algunas personas preferirían sentir una emoción positiva en lugar de una negativa. Es probable que prefieras sentirte feliz en lugar de triste, o confiado en lugar de inseguro.
Lo importante es el equilibrio que existe entre nuestras emociones: qué nivel de cada tipo de emoción, positiva o negativa, experimentamos.
Las emociones negativas nos alertan de las amenazas o los desafíos que debemos enfrentar. Por ejemplo, el temor puede alertarnos de un posible peligro. Es una señal de que tal vez debamos protegernos. Los sentimientos de enojo nos advierten que alguien nos está avasallando, cruzando un límite o aprovechándose de nuestra confianza. El enfado puede ser una señal de que necesitamos actuar para defendernos.
Las emociones negativas se centran en nuestra conciencia. Nos ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo. Pero un exceso de emociones negativas puede hacer que nos sintamos abrumados, ansiosos, exhaustos o estresados. Cuando las emociones negativas se desequilibran, los problemas pueden parecer demasiado complejos como para manejarlos.
Cuanto más tiempo le dediquemos a las emociones negativas, más emociones negativas comenzaremos a sentir. Si nos centramos en la negatividad, esta aumenta.
Las emociones positivas contrarrestan a las negativas, pero también tienen otros beneficios importantes.
En lugar de estrechar nuestra mente como lo hacen las emociones negativas, las emociones positivas afectan a nuestro cerebro y aumentan nuestra conciencia, atención y memoria. Nos ayudan a absorber más información, tener varias ideas en mente al mismo tiempo y comprender la relación que existe entre diferentes ideas.
Cuando las emociones positivas nos abren a nuevas posibilidades, tenemos más capacidad para aprender y mejorar nuestras habilidades. Esto nos lleva a un mejor desempeño en las tareas y las evaluaciones.
Las personas con muchas emociones positivas en su vida diaria suelen ser más felices, más saludables, aprenden mejor y se llevan bien con los demás.
La ciencia nos está ayudando a comprender lo valiosas que pueden ser las emociones positivas. Los expertos han aprendido mucho de estudios recientes del cerebro. Aquí se incluyen dos hallazgos que pueden ayudarnos a sacar provecho de nuestras emociones positivas:
Cuando sentimos más emociones positivas que negativas, las situaciones difíciles son más fáciles de manejar. Las emociones positivas mejoran nuestra resiliencia (los recursos emocionales necesarios para hacer frente a distintas situaciones). Amplían nuestra conciencia y nos permiten ver más opciones para resolver problemas.
Los estudios demuestran que las personas se sienten mejor y dan lo mejor de sí mismas cuando tienen al menos tres veces más emociones positivas que negativas. Esto se debe a algo que se llama “sesgo negativo”.
El sesgo negativo es una tendencia natural a prestar más atención a las emociones negativas que a las positivas. Si lo pensamos, tiene sentido: las emociones negativas hacen que prestemos atención a los problemas. Y, a veces, son problemas que debemos enfrentar rápidamente. Prestar atención a las emociones negativas puede ser un mecanismo de supervivencia.
Sin embargo, la tendencia negativa tiene una desventaja: puede hacernos pensar que un día ha sido malo aun cuando hayamos experimentado la misma cantidad de emociones positivas que de negativas. Es necesario tener al menos tres veces más emociones positivas para inclinar la balanza y hacer que el día parezca un gran día.
Generar hábitos que nos animen a sentir más emociones positivas puede ayudarnos a estar más felices, a tener un mejor desempeño y reducir nuestras emociones negativas. Generar emociones positivas es especialmente importante si ya estamos enfrentando muchos sentimientos negativos, como temor, tristeza, enojo, frustración o estrés.
Generar un hábito positivo diario es bastante sencillo. Se reduce a dos pasos básicos:
Cuando comiences a hacer esto por primera vez, probablemente necesites recordarte a ti mismo que debes concentrarte en tus emociones. Pero, al igual que con cualquier hábito, se volverá más fácil cuanto más lo hagas.
Las emociones positivas te hacen sentir bien y son buenas para ti. Presta atención a estas poderosas herramientas y busca maneras de hacerte un tiempo para ellas en tu vida diaria. Siempre debe haber tiempo en tu día para la diversión, el entretenimiento, la amistad, la relajación, la gratitud y la amabilidad. Convierte estas cosas en un hábito y estarás positivamente más feliz.
El hecho de conocer nuestros propios sentimientos nos ayuda a saber qué es lo queremos y a tomar decisiones. También nos ayuda a relacionarnos con otra gente
La conciencia emocional nos ayuda a develar lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a construir mejores relaciones.
Ser capaz de elegir el estado de ánimo que más se adecua a una situación es una de las habilidades de la inteligencia emocional. Elegir el estado de ánimo correcto puede ayudarte a controlar cualquier situación en la que te encuentres.
La inteligencia emocional es la capacidad de comprender, utilizar y controlar nuestras emociones.
Al igual que otras emociones positivas, sentirnos agradecidos habitualmente puede tener un impacto enorme en nuestras vidas. Las investigaciones del cerebro muestran que las emociones positivas son buenas para nuestro cuerpo y cerebro, asà como para nuestra mente.
Las emociones (sentimientos) son una parte normal e importante de nuestras vidas. Aquà encontrarás tres pasos que te pueden ayudar a manejar las emociones negativas.
¿Te ocurre alguna vez que te enfadas o irritas con facilidad sin tener ninguna razón? ¿O que cambias de humor y te sientes triste sin saber por qué? Cambiar de la tristeza al enfado y de vuelta a la alegrÃa en cuestión de minutos puede hacer que los adolescentes se sientan como si estuvieran perdiendo el control.
Tenemos que asegurarnos de tomar dosis diarias de emociones positivas de la misma manera que comemos las porciones necesarias de verduras y frutas diariamente.
Los estudios de investigación indican que cuando las personas sienten como mÃnimo tres veces más emociones positivas que negativas se sienten bien y viven a pleno.